19 junio 2009

Carta al Sr. Presidente de la República, Dr. Leonel Fernández

Dr Fernández:
me siento terriblemente arrepentida y avergonzada de haber contribuido en dos oportunidades a su elección para dirigir los destinos del país; pues tengo certeza de haber sido engañada, traicionada y conculcada en mis derechos ciudadanos, en virtud de su comportamiento ante el otorgamiento de la licencia a la cementera.

He estado de acuerdo y he defendido a ultranza, la mayor parte de sus ejecutorias, incluso la tan criticada y repudiada inversión en la construcción del Metro De Santo Domingo. Lo que pongo de manifiesto, con el único propósito de que sepa usted que no soy el tipo de ciudadano/a que se opone a los proyectos gubernamentales, si tengo el convencimiento de que estos van a redundar en beneficio del país, no importa el partido del cual hayan surgido los mismos.

Su anuencia al proyecto de instalación de una cementera en la zona de amortiguación de Los Haitises, resulta una actitud impropia e intolerable; más aún, emanando de una persona como usted, que maneja vasta información.
No le resulta descabellada la idea de colocar en las cercanías de una área protegida, muy especialmente de una como ésta, una actividad tan destructiva como la explotación minera?

Parece insólito que una persona como el eximio Dr. Joaquín Balaguer Ricardo, quien nació en una época en que la ecología no era tema de discusión, ni preocupación en ninguna parte del mundo; mostrara mucho más clarividencia y sensibilidad que usted, en lo atinente a este tópico.

Su actitud de genuflexión ante el voraz y nauseabundo poder económico nacional y/o extranjero, con el cual ha sido obsequioso más allá de la pudicicia; así como su indiferencia ante la corrupción ya tan ostensible en muchos departamentos de la administración pública, se erigirán en el mayor escollo a sortear por usted y su partido, en certámenes electorales próximos.

Usted está a tiempo de revocar la licencia que tanto rechazo ha generado en toda la población. Los recursos naturales son patrimonio público, y éste es de capital importancia para la supervivencia de nuestro país, por su inconmensurable riqueza acuífera, de biodiversidad y arqueológica.

"Errar es de humanos, rectificar de sabios"

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